martes, 5 de mayo de 2015

Libertad.

Libertad, que bonita palabra a la par de peligrosa. No hace mucho que este término se extendió de manera universal, pues la historia de la humanidad ha estado marcada por periodos de sumisión y sometimiento en la que un esclavo, para poder llegar a ser un "ciudadano libre", tenia que pagar cierto capital al reyezuelo o terrateniente de turno. Pero parece ser que esta situación ha cambiado o, al menos, esto es lo que nos venden. 
Tras finalizar el periodo dictatorial, o moda europea, en la que el proletariado vivía totalmente adoctrinado y sin objeción alguna, llegó la democracia, sistema político en el que posees plena libertad de elegir al Lobo encargado de guiar el rebaño. Lobo A o Lobo B, ambos en el juego del capitalismo. Y es aquí donde quería llegar: capitalismo y, por ende, globalización, panorama en el que nos encontramos actualmente, y quizás el más peligroso pues no hay peor enemigo absolutista que aquel que se camufla tras la bonita palabra de libertad, aunque últimamente se  vea, aún más, el plumero...
Nosotros, los jóvenes, personas más vulnerables mentalmente, creemos o queremos creer en la utopía. Pero la triste realidad es que tanto los jóvenes de hoy, como los del mañana estamos condicionados, y por consiguiente ajenos a nuestros verdaderos propósitos ya que  los mencionados Lobos y don Dinero se divierten decidiendo sobre algo que nos pertenece, nuestro futuro. Por ello, los hijos e hijas de la clase trabajadora debemos de seguir el camino de la lucha, el camino de la dignidad, abrir los ojos, conocer a nuestro opresor, y solo así seremos libres.

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